Transcurrida una semana exactamente desde que se reunió los los principales lideres empresariales de España, José Luis Rodríguez Zapatero anuncia que por motivos familiares no se presentará a las próximas Elecciones Generales.
El 26 de marzo del 2011 se reunía con 41 grandes empresarios para hablar de las reformas, las enésimas reformas que plantea, pero a dicha reunión faltaban los representantes de tres empresas -Grifols, Hoteles Riu y Ebro Foods- estos declinaron la invitación. Salieron tan contentos los asistentes de la reunión que Emilio Botín, del Banco Santander; Rafael del Pino, de Ferrovial, y Juan Miguel Villar Mir, de OHL; pidieron al presidente Zapatero que aplace el debate sucesorio y que no se le ocurriera un adelanto de las Elecciones Generales. Tan solo una semana después Zapatero no hace caso a sus "fieles empresarios" y abre la caja de pandora, perdón , el debate sucesorio.
Mentira tras mentira, talante solo para ellos, desgobierno y engaño, se le olvida lo que promete la semana anterior, el que no está sumiso a sus proclamas panfletarias es calificado de antipatriota y ahora ¿cómo va a decir la verdad?. Este tío va a dejar una España rota, en ruina, con el despilfarro institucional y al borde del rescate de la Europa Comunitaria. Está todavía por ver que coja a sus hijas góticas, una de ellas con noviete marroquí por aquello de la "alianza de las civilizaciones", a su malhumoreada Sonsole (dicen que este matrimonio pasa por su peor momento), las maletas y diga adiós al Palacete de la Moncloa.
José Luis Rodríguez Zapatero dice que se va y yo no me lo creo.